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Sabrina Carpenter ha encendido una controversia con la revelación de la portada de su nuevo álbum, Man’s Best Friend, en la que aparece de rodillas frente a una figura masculina que le toma del cabello. Mientras algunos la interpretan como una crítica sarcástica al sexismo, otros señalan que reproduce los mismos códigos que pretende subvertir. ¿Es una representación empoderada de la sexualidad o una reiteración de viejas dinámicas de dominación?
El disco, que será lanzado el 29 de agosto, coincide con el primer aniversario de Short n’ Sweet, su exitoso trabajo anterior. La artista presentó el nuevo material a través de una transmisión en vivo, donde repasó influencias que van desde Donna Summer hasta Dolly Parton, antes de dejar sonar por primera vez el vinilo que contenía Man’s Best Friend. La portada, compartida en sus redes sociales, ha sido suficiente para provocar reacciones encontradas.
La estética del álbum dialoga con el tono de su más reciente sencillo, Manchild, una canción que mezcla crítica y humor para abordar la inmadurez emocional masculina. Sin embargo, voces en redes sociales advierten que esta puesta en escena, lejos de romper esquemas, podría reforzar los patrones de la mirada masculina, por la forma en que se construye visualmente la imagen de la artista.
En contraste, otros defienden la intención irónica de la obra y celebran que una mujer capitalice su imagen como forma de crítica. Sostienen que la portada no es un acto de sumisión, sino una burla consciente a las expectativas impuestas sobre la feminidad. «No es que no lo entiendan —dicen—, es que les incomoda que una mujer juegue con los códigos que antes la reducían».
Aún falta conocer las canciones completas del álbum para evaluar su alcance conceptual. Lo que es claro es que Man’s Best Friend ha abierto una conversación compleja en torno a las representaciones del deseo, el humor y el poder en la cultura pop.
