En la última década, las vasectomías han aumentado un 900% en Chile, consolidándose como una opción económica y segura para el control de la natalidad. De hecho, hace un año, Jorge Rodríguez decidió someterse a una vasectomía, una decisión que había contemplado durante siete años. La razón principal fue el deseo de no tener más hijos, complicaciones en los embarazos de su pareja y factores económicos. Además, calculó que la cirugía era más conveniente que continuar con anticonceptivos femeninos.
Así, esta tendencia creciente se refleja en las cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (Deis), que reporta un aumento del 900% en la última década, pasando de 768 procedimientos en 2013 a 7,580 en 2023. Por otra parte, los urólogos Andrés Tapia y Arquímedes Rodríguez señalan que el incremento más significativo se dio entre 2020 y 2021, con un crecimiento del 150% en un solo año. Es importante notar que la vasectomía, una cirugía ambulatoria que dura entre 20 y 30 minutos, permite al paciente ser dado de alta el mismo día.
En términos técnicos, el procedimiento consiste en cortar y sellar los conductos que transportan los espermatozoides, evitando así su unión con el semen. Sin embargo, el paciente no se considera estéril hasta que se verifica la ausencia de espermatozoides en el semen mediante un espermiograma, realizado tres meses después. Aunque es posible, la reversión de la vasectomía no siempre garantiza el retorno de la fertilidad.
Finalmente, el urólogo José Ignacio Vinay y el andrólogo José Antonio Moreno destacan que la vasectomía cuenta con cobertura de Isapre y Fonasa y se puede realizar en instituciones privadas y públicas. Por esto, recomiendan confiar en este procedimiento como una opción segura y menos riesgosa que la esterilización femenina, subrayando la importancia de estar seguros antes de optar por esta forma de anticoncepción permanente.
