La campaña de Donald Trump ha vuelto a generar controversia al utilizar una canción sin autorización, esta vez “Freedom” de Beyoncé, un tema que Kamala Harris ha adoptado como himno de su candidatura presidencial. Sin embargo, esta no es la primera vez que Trump se enfrenta a problemas legales por el uso no autorizado de música en sus eventos. Por ejemplo, en el pasado, artistas como Bruce Springsteen y Elton John han expresado su rechazo al uso de sus canciones en sus mítines.
En esta ocasión, el portavoz de Trump, Steven Cheung, publicó un video en el que se ve al expresidente bajando de un avión en Michigan, acompañado por la canción de Beyoncé. Este hecho no solo resulta irónico porque Harris ha estado usando «Freedom» con el permiso de la cantante, sino que también refleja una táctica recurrente de la campaña de Trump: apropiarse de elementos culturales sin las licencias o permisos requeridos. De hecho, este incidente ha motivado que el equipo de Beyoncé considere tomar acciones legales, amenazando con una orden de cese y desista para impedir el uso no autorizado de la canción.
Mientras tanto, la campaña de Harris ha continuado utilizando «Freedom» en sus eventos, destacando la conexión entre su mensaje de libertad y el icónico tema de Beyoncé. El conflicto sobre el uso de la música parece no solo expone las diferencias en el manejo de imagen de cada campaña, sino que también subraya las tensiones culturales que se desarrollan en el marco de las elecciones. La pregunta que queda flotando es ¿Cuán importante son estas cuestiones éticas para el electorado?