El próximo 20 de noviembre, la polémica obra Comedian, creada por el artista conceptual Maurizio Cattelan, se subastará en Sotheby’s, Nueva York, con un valor estimado de un millón de dólares. Esta peculiar escultura, que consiste en un plátano adherido a la pared con cinta adhesiva, sacudió el mundo del arte en 2019 cuando se presentó en la feria Art Basel de Miami. Previo a la subasta, la obra recorrerá diez ciudades, empezando por Nueva York, donde se espera revivir el fenómeno viral que la convirtió en un ícono de la cultura contemporánea.
Desde su debut, Comedian ha sido un catalizador de debates sobre el valor y el significado del arte. David Galperin, jefe de arte contemporáneo en Sotheby’s, sostiene que subastar la obra representa la culminación de su propósito original, al dejar que el público decida cuánto valor otorga a una obra que cuestiona las convenciones del arte.
Esta no es la primera vez que Comedian aparece en el mercado. En 2019, tres ediciones de la obra se vendieron en Art Basel, alcanzando precios de entre 120.000 y 150.000 dólares, y una de ellas terminó en la colección del Museo Guggenheim de Nueva York. En aquella ocasión, la obra generó aún más controversia cuando un artista visitante decidió comerse el plátano durante una «performance», un acto que avivó la discusión sobre los límites entre el arte y la provocación.
Cattelan, conocido por otras piezas transgresoras, como su escultura de Juan Pablo II golpeado por un meteorito, se enfrenta regularmente a controversias en torno a su arte. Incluso, en 2022 salió victorioso en un juicio en el que otro artista lo acusaba de plagio por Comedian. En respuesta a estos conflictos, Cattelan ha defendido su enfoque, asegurando que el reemplazo periódico del plátano resalta la naturaleza efímera y conceptual de la pieza.
La gira internacional y la inminente subasta de Comedian marcan un momento clave en la carrera de Cattelan y en el debate sobre el arte contemporáneo. La expectativa generada en torno a esta obra sigue evidenciando su capacidad de interpelar y provocar en un mundo donde el valor del arte, cada vez más, depende de la percepción del público.
