Luego de más de una década en tramitación, el Senado aprobó y despachó a tercer trámite la reforma integral al sistema de adopción en Chile. Esta iniciativa, que se encamina ahora a la Cámara de Diputadas y Diputados, plantea un cambio profundo al enfoque vigente, buscando siempre proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes que han sido vulnerados.
El nuevo texto legal redefine los principios que rigen los procesos de adopción, estableciendo como prioridad el interés superior del menor. Para ello, se elimina la antigua jerarquía de postulantes y se erradican disposiciones discriminatorias que favorecían exclusivamente a matrimonios heterosexuales. Esta medida fue defendida con fuerza por sectores que abogan por la igualdad, y rechazada por otros que proponían mantener esa preferencia, como la senadora Luz Ebensperger, cuya indicación fue desestimada por la mayoría de la Sala.
El proyecto también introduce procedimientos más ágiles, acotando los tiempos de espera y estableciendo un plazo máximo de 12 meses para la revinculación familiar antes de que un niño pueda ser declarado susceptible de adopción. Este cambio busca evitar la prolongación innecesaria en residencias o programas de acogida, donde muchos menores han vivido durante años sin opciones claras de reintegrarse a una familia.
Entre los artículos debatidos se destacó uno que reconoce el derecho del niño a expresar su voluntad, sin que esta sea usada para imponer estructuras familiares tradicionales. El artículo aprobado considera esa opinión, pero sin convertirla en una barrera para quienes no encajan en modelos heteronormativos.
Organizaciones como el Movilh celebraron el rechazo a normas excluyentes y la aprobación de un sistema más justo. Voces académicas y profesionales del área social también subrayaron la urgencia de una reforma que permita adoptar a niños mayores y a familias diversas, adecuando la ley a la realidad del país.