Una investigación publicada en BMJ Evidence-Based Medicine muestra que un estilo de vida saludable puede prolongar la vida hasta cinco años, contrarrestando en un 62% los riesgos genéticos de muerte prematura. Este estudio, realizado con 353.742 participantes del Biobanco del Reino Unido, es el primero en analizar cómo los hábitos saludables influyen en los genes que predisponen a una vida más corta.
Así, el estudio indica que aquellos con alto riesgo genético de vida más corta tienen un 21% más de riesgo de muerte prematura. Sin embargo, quienes llevan un estilo de vida poco saludable enfrentan un 78% más de riesgo de morir temprano, sin importar su genética. Por otro lado, el estudio ofrece esperanzas, ya que demuestra que un estilo de vida favorable puede compensar en un 62% el riesgo genético de vida más corta, proporcionando hasta 5,22 años más de vida a los 40 años.
Y es que la combinación óptima para una vida más larga incluye evitar fumar, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y seguir una dieta balanceada. Estos hallazgos subrayan la importancia de un estilo de vida saludable para mejorar la longevidad y la calidad de vida, a pesar de los factores genéticos.
