Red de violadores en Chillán: Teólogo organizó abusos contra hijastra de 8 años

Uno de los casos más atroces de abuso sexual infantil en Chile ha salido a la luz en Chillán. Allí, Miguel, un hombre de 64 años conocido como teólogo y profesor, ha sido condenado por violar y abusar de su hijastra desde que ella tenía 8 años, hasta que cumplió 19. Además, este abuso no solo involucró a Miguel; él organizó una red de pedofilia donde implicó a otros hombres para perpetuar estos actos.

La fachada de Miguel era impecable: un hombre devoto, casado, con hijos profesionales y respetado en la comunidad. Sin embargo, detrás de esta máscara se escondía un manipulador experto. De hecho, utilizó su posición y conocimiento para «programar» psicológicamente a su hijastra, haciéndole creer que los abusos eran prácticas normales, e incluso, beneficiosas para su salud.

La investigación reveló que Miguel no actuaba solo. Por el contrario, logró reclutar a otros individuos, algunos conocidos a través de su vida cotidiana y otros mediante perfiles falsos en redes sociales, utilizando fotos de su hijastra para atraer a más depredadores. En total, la fiscalía identificó a 13 hombres adicionales en 130 videos y más de 16 mil fotografías incautadas, aunque se cree que la cantidad real de implicados podría ser mayor.

El juicio fue revelador. Allí, se demostró que Miguel no solo cometió los abusos, sino que orquestó una operación para mantener estos actos en secreto, manipulando a su víctima para que no opusiera resistencia, no por fuerza física, sino por una programación mental que la incapacitó para discernir lo que era abusivo. Asimismo, la madre de la víctima, Tatiana, también fue implicada, aunque con una condena menor por ser cómplice, mientras que otros ocho participantes recibieron penas en libertad vigilada.

El caso tomó un giro cuando un informático, al intentar instalar un programa en el computador de Miguel, descubrió material pornográfico infantil. Este descubrimiento fue crucial para activar la investigación que había estado estancada desde una primera denuncia en 2020.

Miguel ha sido sentenciado a presidio perpetuo por las violaciones y abusos, además de otros 15 años por la producción y almacenamiento de material pornográfico infantil. Igualmente otros cuatro hombres también recibieron condenas significativas por sus roles en esta red de violación y producción de pornografía infantil. Por su parte la madre de la víctima recibió una pena de 5 años por complicidad en los delitos de violación reiterada y estupro, pero se le permitió cumplir su sentencia bajo una estricta libertad vigilada.

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