Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa, utilizó la sesión trimestral de la ONU sobre los acuerdos de paz de 2016 para enfatizar la deuda en cuanto a protección de las mujeres y la comunidad LGBTQ+, especialmente tras los recientes asesinatos de defensores de derechos humanos por su orientación sexual en Colombia. Recordó que, según la Unidad de Víctimas, el conflicto colombiano ha afectado a unas 6.000 víctimas LGBTQ+.
De esta manera Sánchez criticó la inacción ante estos crímenes, argumentando que cada investigación que no se lleva a cabo envía un mensaje de que las vidas LGBTQ+ son prescindibles. Además, Acusó a actores armados de perseguir, desaparecer y asesinar a miembros de esta comunidad, con afrocolombianos y adolescentes siendo particularmente vulnerables. Así, insistió en la necesidad de sancionar a los autores de estos ataques y reclamó una «participación plena, igualitaria y segura» de las mujeres y las personas LGBTQ+ en la implementación del acuerdo de paz, que parecen haber quedado fuera de las preocupaciones del acuerdo.
Además, Sánchez solicitó que se integre la «perspectiva de género» en el trabajo de la Unidad Nacional de Protección y pidió a la Misión de Verificación de la ONU que informe periódicamente al Consejo de Seguridad sobre la situación de los defensores de derechos humanos, incluyendo a los LGBTQ+. Subrayó la importancia de no limitar la participación a un mero nombramiento, instando a los miembros del foro a considerar a Colombia como un «laboratorio» para avanzar en la agenda de mujeres, paz y seguridad a nivel global.