El reciente anuncio del presidente de Ghana, John Mahama, ha generado expectativas y un respiro entre la comunidad LGBTQ+ del país, luego de que declarara que el controvertido proyecto de ley sobre “Valores Familiares y Derechos Humanos Apropiados” está “efectivamente muerto”. Esta legislación, propuesta en 2021 por el diputado Sam George, buscaba endurecer las penas contra las personas LGBTQ+ y criminalizar cualquier apoyo hacia ellas. Sin embargo, la falta de ratificación por parte del expresidente Nana Akufo-Addo antes de la disolución del parlamento dejó el proyecto sin efecto legal.
Mahama, quien asumió la presidencia el 7 de enero, expresó que el enfoque debería girar hacia una educación que promueva valores inclusivos desde la infancia, en lugar de legislar contra comunidades específicas. Durante una reunión con la Conferencia de Obispos Católicos de Ghana, afirmó: “Si enseñamos nuestros valores en las escuelas, no necesitaremos leyes para imponerlos”. Así, sugirió que el país replantee su abordaje, priorizando un currículum educativo que fomente el respeto y la convivencia.
La reacción de activistas no se hizo esperar. Berinyuy Burinyuy, directora de comunicaciones de LGBT+ Rights Ghana, destacó que este giro representa una oportunidad para iniciar un diálogo más inclusivo en la sociedad ghanesa. No obstante, expresó preocupación por la posibilidad de que un enfoque educativo mal estructurado perpetúe la discriminación bajo el pretexto de preservar la cultura. “El temor es que, si no se diseña cuidadosamente, la educación pueda reforzar estereotipos y agravar prejuicios ya existentes”, señaló Burinyuy.
Por otro lado, organizaciones como We Are All Ghana celebraron el planteamiento del presidente y enfatizaron la necesidad de un sistema educativo integral que fomente valores universales como la tolerancia y la honestidad. En este sentido, Yaw Mensah, activista LGBTQ+, afirmó que las declaraciones de Mahama son un llamado a aceptar la diversidad. “Ghana no necesita odio ni discriminación, sino valores que promuevan el respeto, la hospitalidad y la integridad”, enfatizó.
A pesar de las celebraciones en torno al fin del proyecto de ley, las personas LGBTQ+ en Ghana continúan enfrentando un contexto legal y social hostil, marcado por leyes coloniales que penalizan las relaciones entre hombres y la ausencia de protecciones legales contra la discriminación. Por ejemplo, la adopción, el matrimonio igualitario y el reconocimiento de identidades transgénero siguen prohibidos.
Activistas como Prince Frimpong han advertido que, aunque esta propuesta haya quedado en el pasado, la sociedad ghanesa aún lidia con profundas raíces de homofobia. “El avance de un proyecto como este habría desatado una caza de brujas”, comentó Frimpong, evidenciando los retos que persisten para la comunidad queer en el país.