Persecución a clubes LGBTQ+ de Moscú dejan 50 detenidos en las últimas semanas

Durante las últimas semanas, más de 50 personas fueron detenidas en Moscú tras una serie de redadas policiales en dos conocidos clubes queer de la ciudad: Central Station y Three Monkeys. Las autoridades justificaron su acción como parte de una supuesta operación contra el tráfico de drogas, aunque el contexto sugiere una clara motivación de intimidación hacia la comunidad LGBTQ+.

Durante el operativo del 11 de Octubre, que coincidió con la celebración del Día Nacional de Salir del Armario, alrededor de 200 personas estaban presentes en el Central Station. A primeras horas de la madrugada, agentes encapuchados irrumpieron en el club, obligando a los asistentes a tumbarse en el suelo o a colocarse contra las paredes, mientras eran sometidos a registros violentos. Videos publicados en canales prorrusos de Telegram, como MSK1 y SHOT, muestran a la policía gritando a los presentes y, en algunos casos, golpeando a los detenidos. En uno de los videos, un oficial patea con fuerza las piernas de una persona mientras la revisa.

Por otra parte, el club Three Monkeys, otro espacio LGBTQ+ muy concurrido en Moscú y administrado por los mismos dueños que Central Station, también fue allanado. Este local fue blanco de quejas ciudadanas que alegaban que «hombres semidesnudos vestidos como mujeres» bailaban en el escenario, y los asistentes masculinos se besaban abiertamente. Estos comentarios, repetidos por los medios prorrusos, reflejan el creciente rechazo hacia cualquier manifestación de afecto entre personas del mismo sexo en Rusia.

Aunque las autoridades afirmaron que la intervención se debió a la búsqueda de drogas, múltiples fuentes sugieren que el verdadero motivo estuvo relacionado con la represión sistemática de la comunidad LGBTQ+. En particular, la escena drag de estos locales ha sido objeto de escrutinio. Se acusa a los artistas de haberse burlado de la invasión de Ucrania, lo que ha sido utilizado como justificación para acusar a los clubes de «desacreditar al ejército ruso».

Este no es un caso aislado. Desde 2013, cuando Rusia aprobó su primera ley contra la «propaganda homosexual», ha habido una escalada en la persecución de personas LGBTQ+ en el país. Los ataques contra Central Station no son nuevos; ya en 2014 el club tuvo que cerrar temporalmente debido a una serie de agresiones violentas, como tiroteos y ataques con gas. Más recientemente, en 2023, la Corte Suprema rusa declaró al «movimiento LGBT internacional» una organización extremista, endureciendo aún más la represión contra la comunidad queer.

El contexto actual en Rusia es alarmante para las personas LGBTQ+, quienes enfrentan no solo la violencia estatal, sino también un creciente acoso social. La presión sobre los espacios queer se ha intensificado, y la represión legal se ha expandido a niveles sin precedentes. Esto incluye arrestos arbitrarios, redadas constantes y acusaciones de extremismo, simplemente por el hecho de existir o expresar públicamente su identidad.

Hasta el momento, no hay información clara sobre el paradero de las más de 50 personas detenidas durante las redadas en Moscú. Sin embargo, este evento refuerza una tendencia peligrosa que busca invisibilizar y castigar cualquier expresión de diversidad en Rusia, especialmente en un momento en que el gobierno ha aumentado su retórica en favor de «proteger» los valores tradicionales. La comunidad LGBTQ+ continúa resistiendo, pero lo hace en un ambiente cada vez más hostil y restrictivo.

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