La tarde del 16 de enero de 2025, Natalia Lane lideró una protesta frente al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México para denunciar la impunidad en el intento de transfeminicidio que sufrió hace tres años. Ella, una mujer trans, ha dedicado su vida a visibilizar las violencias que enfrentan las trabajadoras sexuales y las personas de su comunidad. Así, acompañada por integrantes de la comunidad LGBTIQ+ y colectivos feministas, la activista rompió los vidrios de la entrada del edificio y realizó rayados, declarando que la paciencia hacia las instituciones se había agotado. “Si yo no tengo paz, ellos tampoco la tendrán”, afirmó frente a decenas de manifestantes.
El caso de Natalia Lane inició el 16 de enero de 2022, cuando fue brutalmente atacada por un cliente en un hotel de la colonia Portales. El hombre, identificado como Alejandro “N”, la apuñaló en la nuca y el rostro. Aunque el agresor fue detenido y vinculado a proceso por tentativa de feminicidio y homicidio, en junio de 2024 una jueza ordenó cambiar la medida cautelar de prisión preventiva por arraigo domiciliario. Esta decisión indignó a Natalia y al colectivo que la respalda, quienes consideran que el sistema judicial revictimiza a las mujeres trans.
Durante la manifestación, Natalia y sus acompañantes se enfrentaron al Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes, que defiende al presunto agresor y cuestiona la versión de los hechos presentada por la activista. A pesar de estas tensiones, Natalia utilizó el espacio para exigir justicia no solo para ella, sino también para otras mujeres trans víctimas de violencia. En el acto también participó Consuelo, madre de Vanessa, una mujer trans asesinada en 2024, quien denunció la falta de avances en el caso de su hija.
Dos días antes, el 14 de enero, Natalia interrumpió el primer discurso de Bertha Alcalde, nueva fiscal capitalina, en el Foro “República de y para Mujeres”. En ese espacio, criticó la falta de resultados en la procuración de justicia para mujeres trans y arrojó café al presidio como señal de protesta. Aunque Alcalde reconoció el dolor de las víctimas y prometió establecer mesas de diálogo para abordar estos casos con perspectiva de género, pero Natalia cuestionó la efectividad de estas acciones.
El intento de transfeminicidio de Natalia fue el primero investigado y judicializado con perspectiva de género por la Fiscalía capitalina. En paralelo a su lucha legal, la activista participó en la redacción de la Ley Paola Buenrostro, que tipifica el transfeminicidio como delito, convirtiéndose así en una voz prominente en el país del norte, pues además de su activismo, es egresada de Ciencias de la Comunicación por la UNAM y tiene una especialización en Periodismo Escrito. La ley fue aprobada en 2024, pero Natalia señala que las reformas legislativas no han logrado transformar el sistema de justicia, el cual considera lento e indiferente frente a la violencia contra mujeres trans.
