El Deutsches Museum de Múnich ha retirado un retrato de Elon Musk que formaba parte de una exposición sobre exploración espacial. La decisión se tomó tras la controversia generada por un gesto de Musk en la inauguración del segundo mandato presidencial de Donald Trump, identificado como un saludo nazi. Según el museo, la medida no solo responde al escándalo, sino también a las limitaciones del diseño de la exposición, que impiden actualizar el contenido o contextualizar adecuadamente la trayectoria de figuras vivas como Musk.
El panel, titulado «Visionarios del pasado y del futuro», incluía a Musk junto a pioneros de la tecnología aeroespacial como Max Valier y Hermann Oberth. Sin embargo, un portavoz del museo señaló que rendir homenaje a personas vivas puede percibirse como una exaltación sin matices, ya que la evaluación de sus contribuciones suele ser más clara en retrospectiva. Además, el diseño de la exposición, basado en paneles de vidrio retroiluminados, complica realizar cambios inmediatos en respuesta a eventos actuales.
El gesto de Musk, realizado el 20 de enero en Washington, D.C., consistió en golpear su pecho antes de levantar el brazo en un ángulo diagonal, con la palma hacia abajo, un movimiento que algunos compararon con un saludo nazi. Este tipo de gestos, además de ser ilegales en países como Alemania y Austria, están catalogados como discurso de odio cuando promueven ideologías nazis en Europa. A pesar de las críticas, Musk calificó las acusaciones como “trucos sucios” y aseguró que el ataque era parte de una narrativa desgastada.
Mientras tanto, la respuesta al gesto fue inmediata. Alexandria Ocasio-Cortez, congresista demócrata, enfatizó en un video que Estados Unidos tiene una historia clara de rechazo al nazismo. Por otro lado, la Liga Antidifamación (ADL) señaló que el movimiento podría interpretarse como un gesto torpe y pidió evitar sacar conclusiones apresuradas. Sin embargo, expertos en extremismo advirtieron que ciertos sectores de extrema derecha habían interpretado el gesto como una señal favorable.
La figura de Musk, quien dirige empresas como SpaceX y Tesla, no ha dejado de generar controversia en Alemania. Aunque es reconocido por generar empleo a través de la Gigafactoría de Tesla en Berlín, sus vínculos con líderes de la extrema derecha europea y su apoyo a partidos como la AfD han intensificado los debates en el país.
