En Afganistán, las mujeres están librando una batalla silenciosa contra restricciones impuestas por el régimen talibán. Y es que desde que los talibanes retomaron el control en 2021, la vida de las mujeres afganas ha cambiado drásticamente, con nuevas leyes que buscan eliminar su presencia pública, incluso prohibiendo que sus voces se escuchen en público.
A pesar de la represión, las mujeres afganas se niegan a ser silenciadas y en respuesta a la ley que les impide hablar o cantar en espacios públicos, han comenzado a publicar videos en redes sociales donde se las ve cantando y recitando poemas de resistencia. Las frases «Nuestra voz no es aurat (privada) y tentadora» y «Mi rostro no es tentación, tus ojos fabrican tentaciones» se han convertido en lemas de protesta, simbolizando la lucha contra la invisibilización forzada. En estos videos, las mujeres, muchas de ellas cubiertas de pies a cabeza, desafían con valentía las normas impuestas por el régimen.
La situación en Afganistán se ha deteriorado significativamente para las mujeres desde la llegada de los talibanes al poder. Las nuevas leyes de moralidad incluyen prohibiciones estrictas sobre la vestimenta, la movilidad y la expresión pública. A las mujeres se les exige cubrirse completamente y no pueden viajar sin un acompañante masculino si recorren más de 72 kilómetros. Además, los taxistas tienen instrucciones de negarse a transportar a mujeres que no cumplan con estas normativas. Esta ley es solo una de las muchas restricciones que han sido impuestas, con el objetivo de relegar a las mujeres al ámbito privado y limitar su participación en la vida pública.
Organizaciones internacionales han alzado la voz contra estas medidas opresivas. La Unión Europea, Amnistía Internacional y la ONU han expresado su preocupación por la ley del silencio, señalando que obstaculiza aún más las relaciones entre Afganistán y la comunidad internacional. A pesar de estas condenas, los talibanes continúan justificando sus acciones bajo la sharía, ignorando las críticas y atribuyéndolas a la «arrogancia» y la «ignorancia» de los no musulmanes.
La resistencia de las mujeres afganas no se limita al país. En el extranjero, activistas y defensoras de los derechos humanos están utilizando su voz para amplificar las protestas, exigiendo a la comunidad internacional que no se olvide de la lucha de las mujeres en Afganistán. Human Rights Watch ha instado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a crear un organismo internacional para documentar y preservar pruebas de las violaciones a los derechos humanos en Afganistán, particularmente aquellas cometidas contra mujeres y niñas.