Google ha decidido eliminar de su aplicación Calendar fechas emblemáticas como el Mes del Orgullo, el Mes de la Historia Negra y el Mes de la Historia de la Mujer. Según la compañía, esta medida responde a una actualización destinada a simplificar la gestión de eventos. Sin embargo, el impacto simbólico de esta decisión ha generado un debate sobre el compromiso real de las grandes tecnológicas con la diversidad.
Un portavoz de Google explicó que la inclusión manual de eventos culturales de distintos países resultaba insostenible. Por ello, a partir de mediados de 2024, la app solo mostrará festivos y celebraciones nacionales extraídos de timeanddate.com. No obstante, las personas usuarias podrán añadir manualmente eventos significativos para ellas, una opción que, si bien mantiene cierta flexibilidad, desplaza la responsabilidad de visibilizar fechas clave a cada individuo.
Este ajuste en el calendario coincide con el abandono de los objetivos de contratación de personal de minorías por parte de Google, alineándose con empresas como Amazon y Meta que han recortado sus políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). En este contexto, se observa una tendencia preocupante: grandes corporaciones están desmantelando programas diseñados para fomentar entornos laborales más inclusivos.
El clima político actual, marcado por la retórica del expresidente Donald Trump contra las iniciativas DEI, ha influido en esta oleada de retrocesos. Trump, en su cruzada contra lo que denomina “activistas inútiles y sobrepagados”, no solo ha criticado estos programas, sino que también ha impulsado decisiones simbólicas, como el polémico cambio de nombre del Golfo de México a “Golfo de América” en Google Maps, visible solo en Estados Unidos.
Otras compañías como Walmart, Ford, Lowe’s, Harley-Davidson y Jack Daniel’s ya han seguido este mismo camino, eliminando sus programas de diversidad tras campañas lideradas por figuras conservadoras como Robby Starbuck. Pese a esto, algunas voces disidentes persisten: Apple, por ejemplo, ha instado a sus accionistas a rechazar propuestas que buscan desmantelar sus iniciativas de igualdad, demostrando que aún existen resistencias dentro del sector corporativo.