La Fiscalía sostiene que la muerte de Francisco Albornoz, técnico en farmacia de 21 años, no fue producto de un accidente, sino el resultado de un plan premeditado. Según los antecedentes expuestos en la audiencia de formalización, tanto el médico ecuatoriano Christian González como el chef chileno José Miguel Baeza habrían ideado con antelación el encuentro y su desenlace.
Uno de los elementos clave son los mensajes de WhatsApp intercambiados antes del crimen. En uno de ellos, uno de los imputados escribió: “Aquí ya tenemos uno”, en referencia a Francisco, junto con una lista que incluía cloroformo, drogas y marihuana. Para la Fiscalía, esta conversación demuestra que la intención de provocar daño existía incluso antes de que el joven llegara al departamento de Ñuñoa.
Además, la versión entregada por el propio González refuerza esta teoría. El médico declaró que Baeza fue quien se negó a pedir ayuda cuando Francisco convulsionaba, y que rápidamente sugirió ocultar el cuerpo. También pidió una silla de ruedas para moverlo y ayudó a envolverlo en un cobertor azul. Más tarde, ambos lo bajaron al estacionamiento, lo cargaron en el maletero del auto y partieron rumbo al sur.
Durante el viaje, hicieron una parada en un servicentro para comprar bebidas y papas fritas. En ese momento, según González, Baeza pidió una roca, que luego utilizó para destruir el celular de Francisco. Después, prendió fuego al teléfono dentro del envase de papas, en plena Ruta 5 Sur. Este acto, aparentemente improvisado, fue interpretado por la Fiscalía como una táctica para eliminar pruebas.
Por si fuera poco, se mencionó que esa noche el médico salió del departamento para comprar drogas, lo que sugiere un contexto de vulnerabilidad inducida. Baeza, por su parte, habría intentado contactar a una expareja para que se sumara a la reunión, aunque esta persona se negó. En conjunto, todos estos elementos configuran un escenario que la Fiscalía no duda en calificar como un «plan delictual» orientado no solo a provocar la muerte de Francisco, sino también a asegurar su impunidad.