A los 83 años, Cavalli falleció en Florencia tras una larga enfermedad, rodeado de su familia, incluida su pareja Sandra Nilsson, con quien compartió una vida llena de glamour y amor.
Nacido en una familia aristocrática florentina, Cavalli encontró su pasión por la moda a los treinta años, fundando su propia firma y creando un estilo único que lo catapultó al estrellato. Su extravagante imaginario lujoso conquistó a las damas más sofisticadas de la jet-set internacional, convirtiendo sus diseños en sinónimo de ostentación y buen vivir.
El éxito de Cavalli trascendió fronteras, permitiéndole crear una línea más accesible, Just Cavalli, que cosechó igualmente elogios. Su incursión en la cultura popular, desde diseñar para H&M hasta vestir a las Spice Girls, lo consolidó como un icono global de la moda.
Aunque vendió su firma en 2015, su legado sigue vivo en manos de diseñadores como Fausto Puglisi, quien ha sabido revitalizar su esencia para una nueva generación. Con su reciente desfile en Milán, Puglisi demostró que el espíritu de Cavalli sigue más vivo que nunca, atrayendo a estrellas como la cantante Aitana.
Además, la vida de Cavalli estuvo marcada por tragedias personales, como la pérdida de su padre durante la Segunda Guerra Mundial, experiencias que plasmó en su autobiografía y que ahora podrían llegar al cine. Su legado perdurará en el corazón de la moda, recordándonos su inconfundible visión de elegancia y exuberancia.
