En el corazón de Kensington, Londres, emerge una joya arquitectónica con un precio de 35 millones de euros: la mansión que albergó la vida del icónico Freddie Mercury hasta su fallecimiento en 1991. La imponente propiedad, de estilo neogótico y construida a finales del siglo XIX por el pintor Cecile Rae, ha sido testigo de la leyenda que rodea al líder de Queen.
La custodia de este santuario artístico recae en Mary Austin, la expareja y amiga del legendario cantante. Austin, quien recientemente subastó objetos personales de Mercury para fines benéficos, ahora decide vender la histórica «Garden Lodge», nombre que adoptó la casa adquirida por el vocalista en 1980.
La emblemática residencia de ocho dormitorios, esconde secretos como una sala japonesa y un comedor diseñado y pintado en amarillo, el color favorito de Mercury. Entre sus encantos, destaca una sala de entretenimiento con bar en el primer piso, donde el artista compuso la épica ‘Bohemian Rhapsody’. Cabe mencionar que el piano utilizado en esta creación fue subastado por 1,99 millones de euros.
La «Garden Lodge» se encuentra en el distrito de Kensington, oculta tras altos muros y accesible mediante una puerta verde. Mary Austin, en un emotivo comunicado, comparte la decisión de vender este refugio de paz que compartió con Freddie Mercury: «Desde que cruzamos la legendaria puerta verde, ha sido un lugar de paz, la casa de un verdadero artista, y ahora es el momento de dejar esta sensación a los demás». Con cada rincón impregnado de historia, la venta de esta mansión representa el fin de una era, pero deja abierta la posibilidad de que nuevos dueños continúen el legado del inolvidable Freddie Mercury.