Este lunes la reina del pop llegó a Brasil para actuar este 4 de mayo, a las 21:45, momento en que la diva del pop de 65 años se adueñará de la emblemática playa Copacabana en Brasil para ofrecer un concierto gratuito que será el más grande de su carrera, con una expectativa de audiencia de 1,5 millones de personas.
Así, la producción no escatimó en recursos: con un escenario de 812 metros cuadrados, 16 torres de iluminación, video y audio, y un despliegue de seguridad con 3200 policías militares. Sin embargo, la financiación del evento, que asciende a 10 millones de reales de fondos públicos, ha suscitado críticas por su impacto en una comunidad con necesidades básicas insatisfechas.
Curiosamente, la realización de este evento monumental estuvo a punto de no materializarse. Y es que un sorpresivo mensaje de Madonna durante un comercial en el Palacio Garnier— «Brasil, ya voy»— inició una carrera contra reloj para asegurar su presencia. Por consiguiente, fue la colaboración entre el banco Itaú y el empresrio brasileño Luiz Oscar Niemeyer, junto con negociaciones intensivas y ajustes técnicos de último momento, lo que finalmente cementó el acuerdo.
Además, el proceso estuvo marcado por desafíos inesperados, incluyendo problemas de salud tanto de Madonna, que retrasaron la gira, como del propio Niemeyer. Por ende, la determinación y la cooperación entre todas las partes involucradas demostraron ser cruciales para transformar un casi imposible evento en una celebración histórica que cerrará la gira «Celebration Tour» en Brasil, ofreciendo un regalo grandioso a los fans en una de las fechas más señaladas del calendario carioca.