Elizabeth Taylor, una de las más grandes estrellas de Hollywood, no solo destacó por su brillante carrera en el cine con películas como «Cleopatra» y «El hermoso Brumell». Más allá de los reflectores, Taylor dedicó gran parte de su vida al activismo contra el VIH, una causa que le era profundamente personal.
El reciente documental «Elizabeth Taylor: las cintas perdidas», dirigido por Nanette Burstein, revela aspectos íntimos de su vida y su compromiso con esta causa. Este documental se basa en grabaciones realizadas en 1964 por el periodista Richard Meryman, redescubiertas recientemente, y ofrece una perspectiva íntima de Taylor, quien narra su vida y su carrera en sus propias palabras.
La lucha de Taylor contra el VIH comenzó en la década de 1980, una época en que el virus estaba cargada de estigmas y prejuicios. Motivada por la muerte de su amigo cercano, Rock Hudson, por complicaciones asociadas al VIH, Taylor se convirtió en una voz fuerte y compasiva en la lucha contra esta enfermedad. Visitaba hospitales de manera anónima para apoyar a los pacientes y evitar que la atención se centrara en ella, demostrando su verdadera empatía y compromiso.
Taylor fue cofundadora de la Fundación Americana para la Investigación del SIDA (amfAR) en 1985 y de la Fundación Elizabeth Taylor contra el SIDA (ETAF) en 1991. Estas organizaciones continúan su legado, destinando un 25% de las regalías de la actriz a la lucha contra el VIH. Su dedicación y esfuerzo no solo ayudaron a recaudar millones para la investigación y la concienciación, sino que también cambiaron la percepción pública sobre la enfermedad.
El documental también explora la evolución de Taylor como actriz, desde sus comienzos como niña prodigio hasta convertirse en una de las figuras más influyentes del cine. A través de material de archivo y sus propias reflexiones, el filme ofrece una mirada profunda a su vida, incluyendo sus numerosos matrimonios y su relación con Richard Burton.