Lady Gaga volvió a brillar en el escenario de Saturday Night Live con una actuación que combinó música, comedia y un derroche de teatralidad. Para la presentación de Abracadabra, la artista apostó por un diseño de Luar, firma neoyorquina en la que trabaja el chileno Diego Cajas Parra, quien creó el vestuario para la ocasión. Desde el primer momento, su diseño ayudó a crear una atmósfera mística, mientras Gaga interpretaba la canción dentro de una caja de espejos iluminada, sumergiendo al público en un espectáculo hipnótico.
Más adelante, la cantante sorprendió con su puesta en escena para Killah, iniciando su interpretación en los pasillos traseros del estudio antes de irrumpir en el escenario principal. Rodeada de su banda, vestida con atuendos neón, Gaga elevó la energía del show con una coreografía vibrante. En un momento inesperado, realizó un cambio de vestuario en vivo, reforzando su habilidad para mezclar música y performance de manera magistral.
Además de su faceta musical, la estrella participó en varios sketches humorísticos, demostrando su versatilidad en la comedia. En uno de ellos, encarnó a una excéntrica directora de funeraria; en otro, protagonizó una parodia sobre el abuso de la palabra «matar». También desató carcajadas con un ritual satánico improvisado en plena fiesta de cumpleaños, dejando claro que su sentido del humor sigue tan afilado como siempre.
Durante su monólogo de apertura, Gaga no perdió la oportunidad de reírse de sí misma y de su historia en el programa. Recordó con ironía su paso por SNL en 2013 y, sin mencionar directamente su polémica actuación con R. Kelly, bromeó diciendo: «No hay necesidad de buscar en Google ‘SNL 2013 Lady Gaga featuring R. Kelly’. No lo haremos, y yo no lo mencionaré… porque sería malo». Con este comentario, dejó claro que es consciente de su pasado y de cómo ha evolucionado desde entonces.
Otro de los momentos destacados fue cuando se refirió con sarcasmo a su reciente premio Razzie por Joker: Folie à Deux, película en la que comparte pantalla con Joaquin Phoenix. “Mi Razzie me acerca un paso más al EGORT, que es como un EGOT, pero doloroso”, dijo, en una muestra de su capacidad para convertir cualquier situación en una broma ingeniosa.
Por si fuera poco, Gaga no estuvo sola en el escenario. Durante el segmento Weekend Update, Mikey Day interpretó a su supuesto esposo, «Lord Gaga», un personaje pomposo que bromeó sobre cómo la cantante tenía su «pequeño hobby» de la música mientras él se ocupaba del «imperio textil» de la familia. La parodia fue un guiño cómico a las dinámicas de género y al mes de la historia de la mujer, con el personaje de Day indignado ante la idea de que su esposa pudiera ganar más dinero que él.
Con su regreso a SNL, Lady Gaga reafirmó su estatus como una de las figuras más camaleónicas del pop, capaz de reinventarse con cada aparición. Esta fue apenas su segunda vez como presentadora del programa, pero su vínculo con SNL sigue siendo fuerte. Su capacidad para mezclar comedia, música y espectáculo la mantiene como una de las artistas más impredecibles y emocionantes de la actualidad.
