Un informe reciente, El Informe Nacional de la Comunidad de Mujeres LGBT+(The Urvashi Vaid National LGBTQ+ Women’s Community Survey), revela datos alarmantes sobre la salud mental y física de esta comunidad en Estados Unidos. El estudio, que recogió datos de más de 5,000 mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, pansexuales, queer y asexuales, muestra que los niveles de ansiedad y depresión en este grupo superan ampliamente los de la población general. Además, las tasas de intentos de suicidio entre las mujeres LGBTQ+ son cuatro veces más altas, alcanzando un preocupante 22%.
La situación es aún más crítica para mujeres trans y aquellas que pertenecen a comunidades indígenas, afrodescendientes o de color, donde los intentos de suicidio alcanzan el 37% y el 29%, respectivamente. En paralelo, el informe muestra que el 44% de las encuestadas experimenta ansiedad, mientras que el 51% sufre de depresión. Estos datos destacan el impacto devastador que tienen el racismo, la misoginia y la discriminación en la salud mental de estas mujeres.
La investigación también resalta que las barreras para acceder a servicios de salud siguen siendo significativas. Solo el 55% de las mujeres LGBTQ+ recibe atención médica regular, en comparación con el 77% de la población en general. Por ejemplo, un 14% de las encuestadas nunca ha recibido un examen de Papanicolau, una prueba esencial para detectar el cáncer de cuello uterino. Muchas postergan su atención médica debido al temor a ser discriminadas o maltratadas por los profesionales de la salud.
Otro dato preocupante es la alta prevalencia de violencia doméstica, con casi la mitad de las mujeres LGBTQ+ reportando haber sobrevivido a algún tipo de violencia de pareja. Sin embargo, menos del 20% ha recibido apoyo institucional, lo que revela la falta de recursos y protección disponible para esta comunidad vulnerable.