Controversia en Suiza por cápsula de suicidio asistido

Suiza se encuentra en medio de una intensa polémica debido a la introducción de una nueva herramienta en cuanto a eutanasia: Sarco, de la compañía Last Resort. Se trata de una cápsula futurista con apariencia de sarcófago, que estará disponible a finales de 2024 y tendrá un costo aproximado de 20 dólares, equivalente a unos 18 mil pesos chilenos. La característica distintiva de esta máquina es que las personas puedan planificar su muerte y ejecutarla con solo presionar un botón.

Florian Willet, fundador y director de The Last Resort, ha defendido fervientemente su invención, describiéndola como «un espacio seguro donde morir pacíficamente». Así Willet, quien planea usar la cápsula para su propia eutanasia en el futuro, comentó que «No puedo imaginar una forma más hermosa de respirar aire sin oxígeno hasta caer en un sueño eterno».

El funcionamiento de la cápsula es sencillo pero impactante. Al presionar el botón, se libera nitrógeno, reduciendo rápidamente los niveles de oxígeno y provocando la muerte por hipoxia en cuestión de segundos. Sin embargo, antes de poder utilizarla, las personas deben someterse a una evaluación psiquiátrica. Una vez aprobada, ingresan a la cápsula, cierran la tapa y responden una serie de preguntas antes de activar el mecanismo que les quitará la vida.

En tanto, las organizaciones provida han criticado duramente estos dispositivos, argumentando que trivializan la muerte y la presentan de manera atractiva debido a su diseño futurista. Además, algunas autoridades locales en Suiza, como en los estados de Schaffhausen y Valais, han prohibido su uso y han amenazado con penas de cárcel, mientras la discusión ética sobre el uso de tecnología para la eutanasia y cómo esto interactúa con los derechos humanos sigue en un intenso debate.

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