La solicitud de la concejala Oriana Offerman para cancelar el Ciclo de Cine Trans en Los Ángeles ha generado un debate en torno a la censura y la diversidad cultural. Durante una sesión del Concejo Municipal, Offerman pidió oficiar a la Corporación Cultural de la comuna para esclarecer si tuvo participación en la organización del evento, argumentando que “el municipio no debe facilitar este tipo de intervenciones”. Sin embargo, la Corporación aclaró que solo prestó sus instalaciones, ya que la actividad fue solicitada por el Programa de Acompañamiento a la Identidad de Género (PAIG) del Servicio de Salud Biobío, como ocurre con diversas organizaciones.
El Ciclo de Cine Trans, impulsado por la Fundación Vanguardista Divergente (FUVADI), busca visibilizar narrativas trans a través de películas galardonadas internacionalmente, como La Chica Danesa, Una Mujer Fantástica y Mi Vida en Rosa. Las funciones se realizan cada martes de febrero en el Centro Cultural de Los Ángeles. A pesar de las críticas, la organización decidió no responder directamente a Offerman, optando por invitar al público a asistir y celebrar el cine como espacio de reflexión y encuentro.
Por su parte, Gonzalo Valladares, del Servicio de Salud Biobío, explicó que el ciclo tiene un enfoque educativo y de sensibilización, orientado a promover el respeto por la diversidad de género y reducir la violencia hacia personas trans. Este objetivo contrasta con las declaraciones de Offerman, quien afirmó que estas actividades “arrebatan la infancia” al exponer a menores a contenidos relacionados con identidades trans.
El concejal Alejandro Cano expresó su apoyo al ciclo, destacando que se trata de obras reconocidas globalmente y que la participación es voluntaria. En la misma línea, Vladimir Urrutia, cofundador de FUVADI, defendió la relevancia del evento: “Imaginemos si Gabriela Mistral tuviera que pedir permiso para lanzar su libro o si Alejandro Amenábar no pudiera enseñar cine en Los Ángeles.
