Celos, poliamor y crimen: la nueva novela de Paulina Flores

La escritora chilena Paulina Flores vuelve a la ficción con La próxima vez que te vea, te mato, una novela que explora el poliamor, los celos y la precariedad en el contexto de la emigración. Desde el 4 de marzo, está disponible en librerías en Chile. La historia sigue a Javiera, una joven que llega a Barcelona para estudiar literatura y se encuentra inmersa en un triángulo amoroso que la lleva al borde del delirio. La editora Ana Rodado describe el libro como una novela «generacional, de emigración y marcada por el poliamor», que, lejos de romantizarlo, lo convierte en el detonante de un thriller psicológico.

En palabras de la autora, la novela nació en un momento de crisis personal y política. Tras la derrota del plebiscito constitucional en Chile en 2022, Flores sintió la necesidad de alejarse de los debates políticos y refugiarse en la narrativa amorosa. Pero el amor, al menos en esta historia, no es refugio ni salvación, sino un campo de batalla. Inspirada en la efervescencia de las relaciones no monógamas que encontró al llegar a la Barcelona pospandémica, Flores se propuso escribir una novela en la que los celos, supuestamente inexistentes en el amor libre, fueran el motor del suspenso.

Así es como surge la trama: Javiera comparte departamento con Manuel, un peruano poliamoroso que mantiene relaciones con Laura y Armonía. Aunque intenta convencerse de que entiende y acepta las reglas del juego, se obsesiona con ser la única para él. La tensión emocional y la comparación constante con las otras mujeres la llevan a un estado de paranoia que, según la autora, recuerda a los personajes de Patricia Highsmith. De hecho, el libro abre con una escena en la que Javiera asiste a Laura en su suicidio, lo que la convierte en una especie de asesina accidental.

Flores, considerada una voz generacional, ha sido comparada con autores clásicos como Antón Chéjov y Alice Munro, pero en esta novela se aparta de esas referencias para acercarse a una estética más contemporánea. Su prosa, perspicaz y ágil, se inscribe en una tendencia literaria que explora el poliamor desde una perspectiva crítica. Autoras como Raven Leilani, Sally Rooney y Lillian Fishman han abordado el tema en sus novelas, siempre con el trasfondo de la desigualdad económica y de género. Flores, en cambio, introduce un elemento diferencial: la ciudad de Barcelona.

A través de los ojos de Javiera, la ciudad se presenta como un espacio ambiguo: por un lado, es el sueño de muchos migrantes latinoamericanos; por otro, un lugar hostil donde el trabajo escasea y la gentrificación lo impregna todo. La protagonista es consciente de que nunca será correspondida en su amor por Barcelona, pero sigue enamorada de ella. Esa contradicción, que también se refleja en su relación con Manuel, atraviesa toda la novela.

Más allá del poliamor, la precariedad y la identidad, Flores rompe con la narrativa de la «mujer posherida», ese arquetipo de protagonista femenina que enfrenta el dolor con cinismo y hastío. Javiera no solo ironiza sobre su situación, sino que también se permite sentir ternura y comprender a quienes la rodean, incluso cuando su deseo se mezcla con la pulsión de destrucción. En ese equilibrio entre el humor, la paranoia y la vulnerabilidad, la autora construye una historia que desafía los límites del amor y el suspenso.

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