Tres activistas del grupo Just Stop Oil lanzaron sopa a dos pinturas de Van Gogh en la National Gallery de Londres, horas después de que dos compañeras fueran sentenciadas a prisión por acciones similares. Este incidente se suma a una serie de protestas por parte de esta organización ecologista británica, que reclama el fin de la extracción y quema de combustibles fósiles. Los activistas, vestidos con camisetas de la agrupación, repitieron el mismo acto que sus compañeras, arrojando sopa de tomate a las pinturas «Los Girasoles» de 1888 y 1889.
Phoebe Plummer y Anna Holland, de 23 y 22 años respectivamente, fueron sentenciadas recientemente por el tribunal londinense de Southwark a dos años y 20 meses de cárcel, acusadas de causar daños al marco de «Los Girasoles» de 1888, valorados en 10.000 libras. Aunque el cuadro estaba protegido por un cristal y no sufrió daños, el marco dorado resultó afectado. En el juicio, el juez Christopher Hehir argumentó que las activistas actuaron con indiferencia hacia el patrimonio cultural, subrayando que sus acciones podrían haber destruido una obra invaluable.
El grupo Just Stop Oil, por su parte, no se amedrentó ante las condenas. Horas después de la sentencia, otros tres activistas llevaron a cabo una nueva protesta en la misma galería. En un video publicado en redes sociales, justificaron su acción denunciando la encarcelación de personas «por exigir el fin de nuevos proyectos de gas y petróleo». Esta actitud desafiante muestra la determinación del colectivo para visibilizar sus demandas, incluso enfrentando penas severas.
Por su parte, la National Gallery, tras el ataque, informó que las pinturas no habían sufrido daño alguno y que serían examinadas por un restaurador antes de volver a exhibirse. En un comunicado, el museo indicó que esperaba reabrir la muestra lo antes posible, destacando la importancia de proteger el arte ante actos de vandalismo. Estos incidentes subrayan el conflicto entre la preservación del patrimonio cultural y el uso de métodos disruptivos para el activismo climático.
Plummer y Holland ya habían sido declaradas culpables en julio de causar daños criminales durante la protesta original de 2022. Ambas se pegaron a la pared debajo de la pintura, un acto que pretendía simbolizar la adhesión a sus ideales y la gravedad de la crisis climática. Plummer, durante el juicio, defendió su posición afirmando que su elección era aceptar la sentencia «con una sonrisa», sabiendo que actuaba por una causa mayor. Para ella, su lucha es una forma de tratar de evitar «que millones de personas sufran y mueran» a causa de la crisis climática.
En respuesta a las condenas, Just Stop Oil denunció lo que considera una represión injusta hacia los activistas mientras «los verdaderos criminales, quienes impulsan las explotaciones petroleras, permanecen libres». Esta postura es compartida por diversos colectivos y activistas, quienes ven en estas acciones una resistencia legítima frente a un sistema que, a su juicio, ha sido corrompido por la dependencia de los combustibles fósiles.
El juez Hehir también añadió una sentencia adicional a Plummer por participar en una marcha lenta en 2023, que causó retrasos de tráfico en Londres. En su fallo, expresó que las activistas parecían creer que sus creencias justificaban el quebrantamiento de la ley, pero dejó claro que «no es así». Este tipo de medidas judiciales, amparadas en leyes recientes y controvertidas que permiten una mayor represión de las protestas disruptivas, han sido criticadas por defensores de derechos humanos, incluido el relator especial de la ONU, Michael Forst, quien ha calificado estas leyes como «punitivas y represivas».
La reacción de Just Stop Oil ante las condenas no se limitó a nuevas protestas. La organización ha informado que 25 de sus miembros permanecen en prisión actualmente, debido a sus acciones directas en demanda de una respuesta efectiva al cambio climático. Asimismo, han recogido más de 63.000 firmas, incluyendo el apoyo de 10 parlamentarios del Reino Unido, para exigir la liberación de los manifestantes no violentos.