Gambia se asomó hoy a un retroceso de 30 años, debatiendo en su Asamblea Nacional un proyecto de ley para derogar la prohibición de la mutilación genital femenina (MGF). Por tanto, este acto, que ha incrementado su prevalencia a pesar de los esfuerzos legales, podría dejar de ser ilegal. Además, si se aprueba, Gambia sería el primer país en eliminar tal prohibición, marcando un precedente preocupante.
La iniciativa, respaldada por 42 de 47 legisladores, incluyendo cinco mujeres, se encuentra en proceso de enmienda. Según el diputado Alimameh Gibba, la prohibición viola derechos culturales y religiosos, en este caso del islam, garantizados por la constitución gambiana. Sin embargo, la crítica radica en que la MGF es una práctica con severas consecuencias físicas y psicológicas, no sustentada por las principales religiones.
En 2015, Gambia había establecido sanciones contra la MGF, una ley ahora en riesgo de ser revocada. Curiosamente, figuras como el imam radical Abdoulie Fatty, defensor de la MGF por razones que incluyen la «limpieza» y la satisfacción sexual, ejercen influencia en este debate, a pesar de las evidentes violaciones a los derechos humanos que esta práctica conlleva.
Caroline Lagat, de Igualdad Ahora, advierte sobre el peligroso precedente que Gambia podría establecer. Por último, es crucial recordar que la MGF es una grave violación de los derechos humanos, con casi cuatro millones y medio de niñas en riesgo este año.