En su primer encuentro con el cuerpo diplomático del Vaticano, el recién electo Papa León XIV dejó claro que su pontificado reafirmará las posturas tradicionales de la Iglesia católica, incluyendo su rechazo al matrimonio igualitario y al aborto. En ese contexto, declaró que la familia debe entenderse como “la unión estable entre un hombre y una mujer”, una afirmación que alinea su visión con la doctrina oficial y marca distancia con el enfoque más pastoral de su predecesor, Francisco.
Por otra parte, el nuevo pontífice –el primero estadounidense en ocupar el cargo– también apeló al respeto de la dignidad humana, abarcando desde “el no nacido hasta los ancianos”, así como personas migrantes, desempleadas y enfermas. Esta mención general al respeto por la vida ha sido interpretada por algunos como una señal de continuidad con el mensaje social de la Iglesia, pero sin avances concretos hacia una mayor inclusión de las personas LGBTQ+.
Cabe recordar que, antes de convertirse en papa, León XIV –entonces superior de los agustinos– ya había expresado reparos ante lo que llamó “estilos de vida homosexuales” y cuestionó el papel de los medios en promover modelos de familia alternativos. En contraste, Francisco había adoptado un tono más conciliador, sugiriendo que la bendición de personas queer era posible, aunque no así la de sus uniones.
A pesar de esto, activistas y católiques queer mantienen una esperanza cautelosa. Katherine Abel, fundadora de Affirmed, admitió sentir cierta decepción inicial, aunque recordó que Francisco tardó meses en pronunciar su icónica frase “¿quién soy yo para juzgar?” Por eso, cree que aún es pronto para descartar del todo un posible giro pastoral.
Sin embargo, líderes como Rick Garcia advierten que el verdadero reto será ver si León XIV será capaz de hablar sobre la dignidad intrínseca de las personas LGBTQ+, o si seguirá centrando su mirada en la doctrina sexual. Mientras tanto, voces dentro de la Iglesia, como el padre Michael Pfleger, consideran probable que el nuevo papa continúe con gestos de acogida, aunque sin alterar la postura oficial sobre temas como el aborto o el matrimonio igualitario.
