Caso Menéndez: juez abre puerta a libertad tras 35 años

Lyle y Erik Menéndez, encarcelados desde 1990 por asesinar a sus padres en su mansión de Beverly Hills, han sido declarados elegibles para la libertad condicional luego de que un juez en Los Ángeles redujera sus condenas a 50 años a cadena perpetua. Con ello, se abre la posibilidad de que, después de 35 años tras las rejas, puedan salir en libertad bajo evaluación de la junta estatal.

La decisión se tomó en una audiencia donde ambos hermanos participaron por videollamada desde la prisión de San Diego. Durante la sesión, el juez Michael Jesic reconoció lo atroz del crimen, pero también destacó los signos de rehabilitación: “Es algo que nunca había visto antes”, expresó sobre su transformación en prisión.

Los Menéndez fueron condenados originalmente a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional en 1996, tras un juicio mediático que enfrentó versiones contrapuestas. Por un lado, la fiscalía los describió como jóvenes ambiciosos que buscaban una herencia millonaria. Por otro, la defensa argumentó que actuaron bajo el peso de años de abuso sexual y psicológico por parte de sus padres.

La revisión de la sentencia se produjo en el marco de la Ley de Delincuentes Juveniles de California, que otorga nuevas oportunidades a quienes cometieron delitos antes de los 26 años. Gracias a esto, ambos fueron considerados candidatos inmediatos para optar a una salida supervisada.

Varios familiares acudieron al tribunal para pedir la liberación de los hermanos. Anamaria Baralt, prima de los condenados, aseguró que la familia extendida ya los perdonó. Además, figuras como Diane Hernández, sobrina de Kitty Menéndez, declararon que los hermanos “solo quieren hacer el bien” y que no representan ningún riesgo para la sociedad.

Erik y Lyle, ahora de 54 y 57 años respectivamente, aprovecharon la audiencia para expresar su arrepentimiento sin reservas. Lyle reconoció: “No tengo excusas. Asumo toda la responsabilidad”. Por su parte, Erik confesó sentir una vergüenza profunda por sus actos y relató el momento en que disparó, en lo que calificó como “un acto inmoral y cruel”.

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