Trump anuncia que el cine extranjero tendrá aranceles del 100% en EE.UU.

Donald Trump ha vuelto a agitar el tablero del comercio internacional con una propuesta que amenaza con sacudir los cimientos del cine global: aplicar un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera de Estados Unidos. Según él, esta medida busca frenar el “rápido declive” de la industria cinematográfica nacional, que estaría siendo saboteada por gobiernos extranjeros mediante incentivos fiscales para atraer producciones. Sin embargo, la propuesta ha sido recibida con escepticismo tanto dentro como fuera del país.

El mandatario insiste en que las películas filmadas en el extranjero representan una amenaza a la seguridad nacional, calificándolas además como vehículos de “propaganda”. En ese contexto, encargó al Departamento de Comercio y al Representante de Comercio de EE.UU. iniciar el proceso para imponer el impuesto, aunque sin ofrecer detalles sobre su aplicación concreta: ¿incluye a producciones estadounidenses filmadas fuera del país? ¿Afecta también a películas en plataformas de streaming? Esa ambigüedad ha generado una avalancha de preguntas en la industria.

Para expertos y analistas, la lógica detrás del plan es confusa. La industria audiovisual moderna opera en redes globalizadas de producción y distribución, donde los proyectos se financian, ruedan y post-producen en múltiples países. Por ello, la idea de aplicar tarifas como si se tratara de bienes físicos parece impracticable. Además, Estados Unidos no importa cine tanto como exporta, por lo que un arancel podría afectar más a su propia industria que a la competencia.

Organismos como el British Film Institute y sindicatos del Reino Unido han expresado su preocupación, advirtiendo que la medida podría causar estragos en un sector ya golpeado por la pandemia y la automatización. Mientras tanto, gobiernos como los de Australia y Nueva Zelanda prometen defender a sus industrias audiovisuales frente a lo que perciben como un ataque comercial encubierto.

Trump, sin embargo, mantiene su retórica. En su plataforma Truth Social reiteró: “¡QUEREMOS PELÍCULAS HECHAS EN AMÉRICA, OTRA VEZ!” A pesar de eso, los hechos muestran que buena parte del atractivo de Hollywood reside precisamente en su capacidad para operar sin fronteras.

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