Durante una reciente junta de accionistas, Apple rechazó de forma rotunda una propuesta del National Center for Public Policy Research (NCPPR), un think tank conservador que pretendía eliminar los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) de la compañía. De hecho, el 97 % de los votos emitidos se manifestaron en contra de esta iniciativa, dejando en claro el respaldo mayoritario hacia las políticas inclusivas promovidas por la empresa.
Mientras tanto, el argumento central del NCPPR se basaba en la idea de que la diversidad impuesta representa un riesgo para la estabilidad empresarial. Stefan Padfield, director del Free Enterprise Project, aseguró en un mensaje grabado que estos programas podrían exponer a Apple a demandas legales, citando como ejemplo el reciente fallo de la Corte Suprema que restringe la acción afirmativa en universidades. Además, vinculó las políticas de DEI con una supuesta erosión del principio de meritocracia, apelando a un discurso que gana fuerza entre sectores conservadores.
Pese a esto, Apple ha decidido sostener su enfoque inclusivo, desmarcándose de una tendencia que ha llevado a otras grandes empresas, como Amazon y Walmart, a recortar sus programas de diversidad ante la presión política de la administración Trump. Tim Cook, CEO de la compañía, reiteró que aunque podrían ser necesarios algunos ajustes normativos, los valores de inclusión y pertenencia seguirán siendo parte esencial de su identidad corporativa.
Cabe señalar que, aunque Apple ha cultivado una relación diplomática con Donald Trump —incluso evitando aranceles gracias a su cercanía—, la empresa ha optado por no ceder a las presiones que buscan revertir avances en equidad. Esta firmeza también se vio reflejada en su compromiso económico reciente: una inversión de 500 mil millones de dólares en EE.UU. y la creación de 20,000 empleos.
Por otra parte, la postura del NCPPR no es nueva. Intentaron lo mismo en Costco semanas antes, sin éxito. Aun así, sostienen que la reducción de programas DEI, como ocurrió en Target —empresa actualmente demandada por ese motivo—, es una señal de que el mercado comienza a rechazar estos enfoques. Sin embargo, Apple ha dejado claro que no comparte esa visión y que no comprometerá sus valores, incluso en un entorno legal cambiante.