Clem Burke, el carismático baterista que durante décadas fue el alma rítmica de Blondie, falleció a los 70 años luego de enfrentar en silencio un cáncer. La noticia fue confirmada por Debbie Harry y Chris Stein, fundadores del grupo, quienes lo describieron como “el corazón de la banda” y recordaron su talento como una fuerza insustituible. Además, destacaron su energía inagotable y su ética de trabajo como rasgos que trascendieron el escenario.
Su historia con Blondie comenzó en 1975, un año después de la formación oficial de la banda, y se consolidó a lo largo de una discografía que definió el sonido del punk y el new wave neoyorquino. Burke tocó en todos los álbumes del grupo, incluyendo su más reciente trabajo, Pollinator (2017), y fue parte de la reunión que los trajo de vuelta en 1997. Sin embargo, su trayectoria no se limitó a ese único proyecto.
Autodenominado “superviviente del rock & roll”, Burke dejó su marca en más de una veintena de bandas y artistas emblemáticos. Iggy Pop, Bob Dylan, Ramones, Joan Jett, Eurythmics y The Go-Go’s son solo algunos de los nombres que figuran en su historial. De este modo, su versatilidad lo convirtió en un colaborador codiciado, capaz de adaptarse a múltiples estilos sin perder su identidad sonora.
Incluso en sus últimos meses, Burke se mantuvo activo. En marzo de 2024, giró por el Reino Unido con Lust For Life, proyecto que compartía con Glen Matlock y Kevin Armstrong, rindiendo homenaje al repertorio de Iggy Pop. Paralelamente, trabajaba en sus memorias, cuyo lanzamiento estaba previsto para 2025, y que prometían revelar facetas desconocidas de su vida personal y artística.
Burke murió acompañado por el cariño de su compañera Ellen y el reconocimiento de generaciones de músicos y fans que encontraron en su música una fuente de inspiración constante. Así, se despide una figura irrepetible del rock que nunca dejó de tocar, ni de emocionar.