Serofobia en TV: el comentario de Sergio Rojas tras la declaración de Caniulef

La reciente confesión del periodista Andrés Caniulef sobre su diagnóstico de VIH puso en evidencia no solo su valentía, sino también la persistencia de la serofobia en nuestra sociedad. Durante una emisión del programa “Palabra de honor”, Caniulef compartió su experiencia al vivir con VIH desde hace ocho años, destacando el miedo que sintió al enfrentar su diagnóstico y la importancia del tratamiento para llevar una vida plena y saludable. Sin embargo, la reacción de su ex compañero, Sergio Rojas, dejó al descubierto cómo el estigma sigue siendo un obstáculo, incluso en entornos cercanos.

Rojas expresó su descontento al enterarse en pantalla del diagnóstico de Caniulef, calificando de “irresponsable” no haber sido informado antes. Sus comentarios reflejaron ideas erróneas sobre la transmisión del VIH, como su preocupación por los besos, a pesar de que está científicamente comprobado que el virus no se transmite por esta vía, salvo en situaciones extremadamente específicas que implican sangrado activo, lo cual es inusual. Estas declaraciones, lejos de ser un simple desahogo personal, evidencian cómo la desinformación alimenta prejuicios innecesarios.

El VIH no se transmite por contacto casual, besos, abrazos ni el uso compartido de utensilios. Además, gracias a los tratamientos antirretrovirales, una persona con VIH puede alcanzar una carga viral indetectable, lo que significa que no puede transmitir el virus por vía sexual. Este principio, conocido como Indetectable = Intransmisible (I=I), está respaldado por estudios científicos de gran alcance. A pesar de estos avances, el estigma persiste, impulsado por el desconocimiento y el miedo infundado.

La serofobia no solo se manifiesta en actitudes de rechazo o comentarios desinformados, sino que también tiene un impacto directo en la salud mental y el bienestar de quienes viven con VIH. El miedo al juicio social puede llevar a las personas a retrasar diagnósticos o abandonar tratamientos, poniendo en riesgo su salud. Por eso, es fundamental promover una educación basada en evidencia científica y fomentar conversaciones abiertas que permitan derribar estos mitos.

Caniulef no solo compartió su historia personal; también subrayó la necesidad de normalizar el diálogo sobre el VIH y desestigmatizarlo. Su testimonio es un recordatorio de que la verdadera responsabilidad radica en informarse y educar, no en perpetuar miedos infundados. Hablar del VIH con naturalidad y sin prejuicios es un paso crucial para construir una sociedad más empática e inclusiva.

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