En Oregón, Estados Unidos, las autoridades de salud confirmaron un caso de peste bubónica, una enfermedad no vista en la región hace ocho en años. Este raro diagnóstico se relaciona con la exposición a un gato doméstico infectado, que también mostró síntomas de la enfermedad.
El paciente, afectado gravemente, desarrolló un «bubo», un absceso drenante, presentación poco común en la actualidad. Aunque la peste bubónica solía ser una «sentencia de muerte», los avances en antibióticos modernos permiten un tratamiento efectivo, y el paciente en Oregón ha respondido positivamente.
Aunque las autoridades no especificaron la transmisión del gato al dueño, se sugiere que las pulgas infectadas podrían haber desempeñado un papel importante. La bacteria Yersinia pestis, responsable de la peste, generalmente infecta a pequeños mamíferos y pulgas, pudiendo transmitirse a los humanos por diversas vías.
A pesar de ser rara en Estados Unidos, la peste bubónica registra aproximadamente siete casos al año, principalmente en áreas rurales. A nivel global, sigue siendo preocupante en regiones con poblaciones humanas y animales superpuestas, como en la República Democrática del Congo, Madagascar y Perú.