Luigi Mangione: de crimen a fenómeno viral

El asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, sacudió a Estados Unidos el pasado 4 de diciembre. Una semana después, la detención de Luigi Mangione, señalado como el principal sospechoso, ha dado un giro al caso. Y es que la captura del joven, ocurrida en un McDonald’s de Altoona, Pensilvania, fue posible gracias a la llamada de un empleado que reconoció al hombre tras la difusión de su fotografía en medios y redes sociales. Sin embargo, el impacto del caso trasciende lo judicial, posicionando a Mangione en un extraño cruce entre la condena y la fascinación viral.

Mangione, de 26 años, pertenece a una familia acaudalada de Maryland conocida por sus negocios inmobiliarios y su influencia en la comunidad local. Con una educación en instituciones de élite como la Universidad de Pensilvania, parecía encaminarse a una vida exitosa. Sin embargo, tras un accidente de surf en Hawái que le dejó problemas crónicos de espalda, su vida comenzó a desmoronarse. Durante su arresto, portaba un arma impresa en 3D, identificaciones falsas y un manifiesto donde criticaba a las aseguradoras de salud, acusándolas de priorizar ganancias sobre las vidas humanas.                

En las últimas 24 horas, plataformas como TikTok, Instagram y Etsy se han inundado de productos relacionados con Mangione. Camisetas, tazas, sudaderas e incluso adornos navideños llevan su rostro o frases vinculadas al caso. Algunos mensajes, como “Luigi, libre” o emoticonos de corazones, han contribuido a consolidarlo como una figura atractiva para ciertos sectores de la audiencia, especialmente entre el público joven. Este fenómeno, aunque desconcertante, no es nuevo: casos de criminales que adquieren un estatus casi de culto han surgido antes, pero en el caso de Mangione, el impacto de su atractivo físico parece haber jugado un rol clave.

La viralización del caso también ha propiciado debates sobre la percepción pública de las aseguradoras en Estados Unidos. Decenas de usuarios han compartido testimonios personales sobre rechazos de cobertura médica o prácticas abusivas de estas empresas, señalando el asesinato de Thompson como un supuesto “ajuste de cuentas” simbólico.

En Nueva York, se organizó un concurso de dobles de Mangione, un evento que, lejos de pasar desapercibido, subrayó las divisiones sociales alrededor del caso. Mientras algunos asistentes lo celebraron como un acto satírico, otros lo criticaron como una trivialización de un crimen que afectó profundamente a las familias involucradas. “Lo peor es que tuve que afeitarme el bigote”, bromeó el ganador del concurso, encapsulando el tono que algunos han adoptado frente al caso.

Por ahora, Mangione permanece bajo custodia en una cárcel de máxima seguridad en Pensilvania, mientras enfrenta cargos por asesinato y delitos relacionados con armas y falsificación. Su extradición a Nueva York está en proceso, y analistas legales anticipan que el juicio será complejo y mediático.

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