El pasado 22 de octubre, el Instituto Robert Koch (RKI) de Alemania confirmó la presencia del primer caso en el país de la nueva y más agresiva variante del virus mpox, anteriormente conocido como viruela del mono. Según las autoridades sanitarias, el contagio se produjo en el extranjero y fue detectado días antes, el 18 de octubre. La persona infectada, un hombre de 33 años, se encuentra actualmente en aislamiento en un hospital del estado de Renania del Norte-Westfalia.
Esta nueva variante, identificada como clado 1b, ha causado preocupación debido a su alta letalidad. El RKI subraya que, aunque el riesgo para la población general es bajo, están monitoreando de cerca la situación y podrían ajustar las recomendaciones sanitarias si fuera necesario. Además, recuerdan que la transmisión del virus requiere contacto físico cercano, lo que podría limitar su expansión en Alemania.
Mientras tanto, en África la situación es mucho más crítica. Desde principios de año, se han registrado más de 42 mil casos sospechosos de mpox en el continente, de los cuales más de 8 mil han sido confirmados. La mayoría de los contagios se concentran en países como la República Democrática del Congo, que ha sido el epicentro de este brote, así como Burundi y Nigeria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en agosto de 2024 que la situación en África representa una emergencia sanitaria de nivel mundial, instando a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para contener la propagación.
Fuera de África, la nueva variante también ha sido detectada en otros países. Suecia y Tailandia confirmaron casos similares a lo largo del año, mientras que se investigan casos sospechosos en otras regiones. Este brote ha generado alarma mundial, especialmente porque la variante más agresiva fue identificada por primera vez en un pueblo minero en el Congo a principios de 2024.
Es importante destacar que, aunque Alemania ya había registrado casos de la primera variante de mpox en 2022, estos no fueron letales. Sin embargo, la aparición de esta nueva cepa marca un cambio en la evolución del virus y plantea nuevos retos para las autoridades sanitarias a nivel global.
