Cher y Ozzy Osbourne, dos íconos indiscutibles de la música, finalmente se suman al Salón de la Fama del Rock & Roll en la ceremonia de 2024, que celebró a varios artistas influyentes. Mientras Cher ingresa con una notable carrera que abarca décadas, Osbourne recibe este honor por su trabajo en solitario, tras su inclusión previa como miembro de Black Sabbath en 2006. A pesar de sus diferencias estilísticas, ambos artistas comparten el mérito de haber dejado una huella profunda en la historia del rock y la cultura pop.
Cher, conocida por su inconfundible voz y estilo camaleónico, había expresado en diversas ocasiones su sorpresa por no ser considerada antes. Durante una entrevista en The Kelly Clarkson Show, comentó con humor que no estaría en el Salón «ni aunque le pagaran un millón de dólares». Este comentario, sin embargo, no es reflejo de su falta de méritos: Cher ha marcado siete décadas de éxitos, destacando desde los años 60 con «I Got You Babe», hasta su inolvidable hit «Believe» en 1998. Su ingreso al Salón de la Fama finalmente reivindica una trayectoria única que ha desafiado expectativas y establecido estándares en la música pop y rock.
Por otro lado, Ozzy Osbourne, conocido como el «Príncipe de las Tinieblas», también celebró este nuevo capítulo en su carrera. Aunque ya formaba parte del Salón de la Fama por su trabajo con Black Sabbath, esta vez se le reconoce como solista. A pesar de haber enfrentado problemas de salud en los últimos años, Ozzy planea despedirse de los escenarios con dos conciertos en Birmingham, Inglaterra. «Si logro hacer un último show, moriré feliz», dijo el cantante, reflejando el profundo vínculo que mantiene con sus seguidores. Este reconocimiento a su carrera solista resalta su influencia duradera, con éxitos como «Crazy Train» y «Mama, I’m Coming Home», que siguen resonando entre varias generaciones de fanáticos.
La ceremonia también incluyó otros grandes nombres como Foreigner, Mary J. Blige, y Kool & the Gang, pero fue la presencia de Cher y Osbourne lo que destacó por la emotividad y el peso de sus historias. En resumen, la inclusión de estos dos titanes de la música en el Salón de la Fama no solo celebra sus logros, sino que reafirma su lugar como pilares del rock y del entretenimiento a nivel mundial.