El Parlamento de Bulgaria aprobó recientemente una polémica enmienda a la Ley de Educación que prohíbe lo que llaman «propaganda» relacionada con el colectivo LGBT+ en las escuelas, provocando una ola de críticas tanto a nivel local como internacional. Esta medida, impulsada por el partido ultranacionalista y prorruso Resurrección, ha sido respaldada por una mayoría parlamentaria significativa, incluidos los socialistas y conservadores. Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos humanos y algunos partidos liberales han expresado su profunda preocupación por lo que consideran una vulneración de derechos fundamentales.
Es importante destacar que esta enmienda, que sigue el ejemplo de legislaciones similares en Rusia y Hungría, prohíbe la promoción de cualquier idea relacionada con orientaciones sexuales «no tradicionales» o identidades de género distintas a la registral. Esta redacción ambigua ha sido criticada por su potencial para generar un clima de censura y discriminación, afectando gravemente a la juventud LGBT+.
Además, la aprobación de esta ley ha provocado protestas y movilizaciones en Sofía, lideradas por organizaciones como LevFem y el Comité de Helsinki de Bulgaria, que advierten sobre el peligro de una «caza de brujas» contra estudiantes LGBT+. Estos grupos subrayan que la prohibición no solo priva a los estudiantes de acceso a información vital, sino que también refuerza un entorno hostil en las escuelas.
Por otro lado, mientras la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria ha mostrado su apoyo a la ley, argumentando que refuerza los valores cristianos tradicionales, los críticos ven en esta postura un alineamiento preocupante con regímenes autoritarios que persiguen a las minorías sexuales. Así, Bulgaria se une a la lista de países donde los derechos LGTBQ+ están cada vez más en riesgo, desafiando los principios de igualdad y no discriminación promovidos por la Unión Europea.
