El 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, una fecha designada por la ONU desde 2004 para sensibilizar sobre la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género. Esta fecha se escogió en homenaje al 17 de mayo de 1990, cuando la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades. De esta manera, se reconoció que la homosexualidad es una variación natural de la sexualidad humana.
La homofobia, transfobia y bifobia se manifiestan de diversas formas, desde violencia física y agresiones verbales hasta discriminación laboral y en el hogar. Estos comportamientos, más allá de afectar a las personas a nivel individual, crean un entorno social hostil y excluyente. Por ejemplo, actitudes homofóbicas comunes incluyen asumir que todos son heterosexuales, sentir repulsión por las muestras de afecto entre personas del mismo sexo y no confrontar comentarios homofóbicos.
Además, la ONU señala que en muchos países, especialmente en África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático, pertenecer a la comunidad LGBTIQ+ sigue siendo ilegal, con sanciones que van desde multas y terapias obligatorias hasta prisión y pena de muerte. En estos lugares, también se promueven las llamadas «terapias de conversión,» que buscan forzar a las personas a alinearse con el espectro heterosexual-cisgénero, violando sus derechos humanos.
Por otro lado, la Comisión Europea define la homofobia como la intolerancia hacia personas atraídas por individuos del mismo género. Mientras tanto, la transfobia es el rechazo hacia personas cuya identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer, y la bifobia es la aversión hacia personas atraídas por ambos géneros. Por ende, esta jornada busca visibilizar la violencia que estas comunidades enfrentan.
