6 años de la partida de Katisuka Molotov

Hoy se cumplen 6 años del fallecimiento de Katiuska Molotov, un ícono inolvidable de la escena del transformismo en Chile. Considerada una de las figuras más relevantes, su legado trasciende el tiempo, marcando un antes y un después en el mundo del espectáculo. Popular por su participación en shows de circo y discotecas gays de Santiago, Katiuska se destacó por su humor pícaro e irreverente, mezclando con maestría el baile, el café-concert y la acrobacia, aun siendo una persona de más de casi 150 kilos. Y es que Katiuska nunca se escondió, abrazó su figura y la reivindicó en un contexto donde la delgadez era la norma. Así, ddurante sus más de 20 años de trayectoria, se convirtió en una fuente de inspiración para artistas emergentes, evidenciando la fuerza y la resistencia de la comunidad.

A pesar de su imborrable huella artística, Katiuska fue escasamente reconocida fuera del circuito LGBTQ+. Por ejemplo en televisión apenas la invitaron como un número algo freak -que también lo era- y con la condescendencia que, hasta el día de hoy, se retrata a las disidencias sexuales que no se apegan al modelo que proponen los gays de TV.

Katiuska Molotov estudió pedagogía y ejerció durante años, aunque su verdadera pasión era el espectáculo. Para fines de la década del 2000 su popularidad iba a crecer gracias a internet y la divulgación de las producciones independientes de la discoteca Fausto, semillero de la carrera medial de Janin Day, Stephanie Fox, Asskha Sumatra, entre otros transformistas de renombre, gracias a los backstages de su reality show “Amigas y Rivales”.

Katiuska Molotov, tras su paso por el circo Timoteo, creó su propia carpa, «El circo Show de Katiuska», donde acogió a varias transformistas, incluidas novatas. En Puente Alto, enfrentó amenazas con armas por parte de un hombre que exigía silencio por su hijo enfermo, incidente que culminó con disparos al aire y la retirada del circo de esa ubicación. Pero el episodio más dramático ocurrió en 2015, cuando fue brutalmente asaltada dentro de su carpa, lo que la llevó a replantearse su vida y a centrarse más en disfrutar de sus seres queridos. Su lucha por recuperarse demostró su inquebrantable espíritu, luego de resultar con sus extremidades rotas y perder piezas dentales. Así, trabajó incansable hasta que en la madrugada del 26 de marzo de 2018, al culminar una exitosa presentación en el circo «La Botota y sus amigas», que se llevaba a cabo en Buin, al sur de Santiago, Katiuska sufrió un infarto fulminante. Este momento trágico ocurrió mientras las artistas se despedían y agradecían al público, marcando el final de su brillante carrera en el mismo escenario que la vio brillar.

Hoy recordamos a Katiuska no solo como una artista excepcional sino también como un símbolo de lucha contra la adversidad. Su memoria vive en aquellos que continúan desafiando las normas, abrazando su identidad con orgullo.

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