A medida que se aproxima el 2025, la comunidad trans enfrenta un panorama legislativo alarmante en Estados Unidos. Según el rastreador de leyes monitoreado por la periodista Erin Reed, ya se han presentado 120 proyectos de ley anti-trans antes del inicio de las sesiones legislativas, lo que representa un aumento del 150 % en comparación con el mismo período del año pasado. Este incremento confirma una tendencia preocupante que ya había alcanzado niveles récord en 2024.
Entre las propuestas más agresivas, destacan iniciativas para eliminar el reconocimiento legal de las personas trans, restringir su acceso a baños y prohibir su participación en deportes. Además, algunos estados buscan revertir marcadores de género en documentos oficiales, afectando incluso a quienes realizaron cambios hace décadas. Texas y Missouri lideran este ataque legislativo con cerca de 70 proyectos de ley, mientras que otros estados como Alabama, Arizona, Georgia y Washington se suman a la lista, con nuevas propuestas añadidas diariamente.
El impacto de estas medidas es devastador. En Kansas, Florida y Texas, las personas trans ya no pueden actualizar sus licencias de conducir, y las leyes propuestas en otros estados podrían extender esta restricción. En paralelo, los vetos a libros con contenido LGBTQ+ han resurgido con fuerza: en 2024 se prohibieron más de 10,000 libros, incluyendo títulos icónicos como Gender Queer y The Perks of Being a Wallflower. Estas prohibiciones no solo borran historias queer, sino que perpetúan un entorno hostil hacia las comunidades marginadas.
Las restricciones también alcanzan al ámbito educativo y deportivo. Proyectos de ley como los de Wyoming pretenden extender las prohibiciones de participación en deportes para estudiantes trans desde el nivel universitario hasta el jardín de infancia. Otras iniciativas buscan forzar la revelación de la identidad de género de estudiantes trans, violando su privacidad y seguridad. Mientras tanto, las «leyes de no decir gay» y las limitaciones al acceso a cuidados de afirmación de género continúan expandiéndose.
El contexto legal agrava la situación. La Corte Suprema de Estados Unidos pronto tomará una decisión crucial en el caso US v. Skrmetti, que podría establecer un precedente para prohibiciones generalizadas en el cuidado médico de afirmación de género. Este fallo no solo determinará el futuro de estas leyes, sino que también abordará si la discriminación contra personas trans constituye una forma de discriminación sexual bajo una mayor supervisión legal. El resultado podría cerrar la puerta a estas legislaciones o abrir un camino para ataques aún más severos.
Mientras tanto, organizaciones como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) advierten que los ataques legislativos contra las personas trans han crecido exponencialmente. Las consecuencias son palpables: tasas de intentos de suicidio entre jóvenes trans han aumentado hasta un 72 % en algunos estados con leyes restrictivas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), una de cada cuatro personas trans jóvenes intentó quitarse la vida en el último año, muchas requiriendo atención médica.
En este panorama, 2025 se perfila como un año crítico para los derechos de las personas trans en Estados Unidos, con el potencial de marcar una regresión histórica o una resistencia transformadora frente a la oleada de discriminación legislativa.
